La lucha son
jornadas intransferibles. Compromisos por un futuro incierto.
Pagarés
a largo plazos... por cada hijo deseado.
Suben y bajan
las probabilidades.
La lucha constante,
permanece, los resultados ocultando.
Solamente
creo, que porque Dios existe ¡Es que he llegado!
A mi hijo
Yo se,
que en tu universo
Cuidadosamente existe; Así como en mi llevo la Fe puesta en Cristo. Que soy
tu padre, no lo niegas,
No importa
lo que el alba señale
Se que
sufres, si me castigan
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Y empapado
en sudores tiritas
Pensando después de la pesadilla: ¡Qué negra ha sido la noche Que no veías, si estaba en la silla! Yo que
te entiendo ¡hijo mío!
Y hoy
impregnado de fallos tibios
Por ello,
no sufras frente al vacío
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