El libro en su estante

Y la riqueza deambula entre nosotros sin hacerse notar.
Aquí, y allá expectante, espera algún iluminado que tienda su mano por necesidad...
y oprima entre sus dedos sedientos...

¡lo esencial!
¡un libro!

El libro en su estante


Dos tapas y un montón de hojas
Llenas de letras parecidas y negras.
Con nombres que hablan de cosas...
De lejanos mundos, y de otras vivencias.

Peregrina el saber por sus largas venas
En su bloque estanco, espera y espera...
Que algún ansia de jornadas nuevas
Alargue sus manos, causando sorpresas,

El polvo del tiempo... es la pesa
Que aplasta, tapa y deshoja a la madera;
Estantes longevos, sabidurías sin siestas
Buscando tibiezas en la biblioteca.

Libros que sin barrotes, están presos
¿Qué significan en este mundo nuestro?
¿Acaso corrientes de pensamientos perversos
O innumerables genes de inocencias alertas?

De todo un poco quizás es la oferta
Y en el concierto de tantas palestras
De ese torbellino loco, tomo una idea
Y busco una palabra de cuatro letras.

Títulos y títulos, busco afanoso
Y al fin en la tapa, las hallo grabadas:
AMOR son cuatro letras y al fin comienzo,
Por un libro que llena mis ansias.


Y si en sus tintas están los secretos
¡Libros! impregnarme deseo en ellos;
Y vivir profundamente en sus páginas
Y conocer donde se inspira el intelecto.


Jorge Julio Acuña